El debate de si la radiación electromagnética puede afectar al ser humano se abrió mucho antes de la estandarización del teléfono móvil a principios de los ’90, cuando ya se experimentaba para evaluar la cantidad de radiación emitida por televisores y microondas. Estos últimos funciónan con ondas de la misma misma frecuencia que un teléfono móvil, pero a una potencia mucho más baja.
Los experimentos realizados para determinar cómo el tejido vivo absorbe la radiación electromagnética se basan en como esta se “calienta”. Cuando hablamos por el móvil, la radiación se reparte por tres lugares principalmente:
· la cabeza: especialmente el cerebro, que está a menos de un centímetro del emisor de radiación.
· el brazo: que canaliza la radiación a lo largo de él.
· el medio: la radiación que no es absorbida por el cuerpo, y por suerte es la mayor parte, pasa al perderse en el exterior.
Para determinar y medir ese grado de calentamiento, se creó la medida SAR (specific absorption rate), o Tasa de Absorción Específica. Que relacióna vatios con gramos de tejido vivo. La Unión Europea fija el máximo de cantidad de SAR que legalmente puede ser utilizado en un movil en un SAR del 2,00. Mientras que en el continente americano, algo más precabidos, situan ese máximo en el 1,6.
¿Cual es el inconveniente del SAR?
Para realizar las mediciones del SAR, se utilizan líquidos y estructuras homogeneas para todos los experiméntos, considerándo, por ejemplo, una cabeza de tamaño medio. Pero no cabe duda que ni todas las cabezas son iguales, ni todos los cerebros igual de grandes, ni todo el mundo tiene la misma cantidad de músculo ni de grasa. ¿Es entonces el SAR fiable? Por el momento es la única manera media de medición que los organismos tienen en cuenta para legislar la emisión del móvil. Por lo que en resumen, a unas personas puede no afectarles y a otras si.
Pero no todo acaba ahí, como hemos dicho, el SAR mide la cantidad de radiacción absorbida por el tejido y su consecuente calentamiento, pero… ¿puede afectar al funcionamiento biológico de las células?.
Las plantas están acostumbradas a soportar distintos tipos de radiaciones, su supervivencia está basada en eso. Un experimento consistente en someter a plantas de tomates con microondas en niveles similares a los del móvil, determinó que despues de cada irradiación, la planta producía una proteina para protegerse de las mismas. Por tanto, a nivel celular, se puede determinar que la planta “responde” ante estas ondas, por lo que perfectamente, podría ocurrir en otros tipos de células y tejidos, como el nuestro, produciéndose algún tipo de interacción. Y ya se ha demostrado que en poblaciones cercanas a tendidos de alta tensión el número de cánceres se dispara en comparación con otras sin tendidos.
¿Sólo nos afecta la radiación del móvil?
Radiaciones similares a la que nos enfrentamos en el día a día son las de las redes inalámbricas de internet o WiFi. Pero sin querer alarmar a nadie, las radiaciones no sólo vienen de nuestros aparatos, la mayor parte viene del universo. El Sol nos arroja continuamente una cantidad de radiación tal que si vivieramos en el espacio no sobreviríamos más de dos años. Los astronautas que pasan grandes periodos de tiempo en estaciones espaciales se han llegado a quejar de no poder dormir porque al cerrar los ojos veían las párticulas radiactivas bombardeándolos. Las NASA investiga en aislantes de poco peso para revestir las naves (lo eficaz sería el plomo, pero demasiado pesado) creando materiales nuevos, como geles, que acabaremos utilizando nosotros.
Para protegernos de la radiación del Sol, tenemos un elemento mejor que cualquier otra invención: nuestra propia atmósfera. Gracias a ella, se desvía y neutraliza la mayor parte de la misma (un ejemplo son las auroras boreales en los polos). En casos de tormentas solares, cuando los niveles de emisión aumentan considerablemente, pueden llegar a estropearse aparatos electrónicos.
Por cierto, no os creais nada de los videos en los que salen friendo palómitas con móviles y derivados. Para ellos se necesitaria una potencia 10.000 veces superior.
